¿Qué es el impuesto al sol?
En un intento por regular el consumo de energía fotovoltaica, apareció el impuesto al sol, una tasa que deberían pagar aquellos que fuesen titulares de un contrato de autoconsumo eléctrico para poder generar su propia energía, según dictaba un Real Decreto (RD 900/2015) establecido en el año 2015.
Dados los diversos cambios de Gobierno y Ministros de España, la normativa que regula esta energía, dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, ha suscitado diversas polémicas y modificaciones a lo largo del tiempo, pero la más destacada ha sido sin duda el tema que tratamos en este artículo, el impuesto al sol.
El impuesto al sol pretendía cargar, por un lado, la potencia utilizada, pues se cargaría si la potencia superaba los 100kW o si existían baterías acumuladoras del excedente energético; por otro lado, también la propia energía producida y autoconsumida.
El fin del impuesto, el fin del retroceso
Con un nuevo Real Decreto, el 5 de octubre de 2018 llega la derogación del polémico impuesto, que durante los 3 años que estuvo vigente dio lugar a abundantes críticas por parte de personalidades internacionales que señalaban que, dadas las abundantes horas de sol registradas en el territorio español, era curioso que tan solo hubiera 1000 instalaciones, frente a países como Alemania que registran cerca de un millón.
La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, tiene esperanzas de cara al futuro de las energías renovables en nuestro país tras la abolición de este impuesto, que estos últimos años han presentado un importante retroceso pese al creciente interés de las inversiones extranjeras destinadas a potenciar dicha energía en nuestro país.
El nuevo auge del autoconsumo fotovoltaico
Tras desaparecer el impuesto al sol, se prevé, por tanto, un nuevo auge del autoconsumo fotovoltaico propiciado por sus numerosas ventajas. Entre ellas, no solo es destacable el ahorro económico y la rápida amortización del equipo, sino que, además, la energía fotovoltaica hace uso de una energía renovable que, frente a las no renovables (como las térmicas, hidroeléctricas…) no emite residuos ni gases nocivos para el entorno.
Otro aspecto que propiciará el auge de las energías fotovoltaicas es la sencillez de su instalación y mantenimiento por parte de los profesionales del sector fotovoltaico.
Hay quienes ya piensan en la energía fotovoltaica como la energía del futuro.